Stand by me
Las imágenes y el sonido, van de la mano.
Remiten a la niñez de quienes le vimos flotar en un
cuadrilátero.
Hacen evocar el rápido, florido, preciso y metafórico
lenguaje.
Sin olvidar la destreza de un esgrimista que buscaba
aniquilar con los puños, y con la palabra, a sus adversarios.
Vociferante, arremetía y perturbaba al contrario.
Fue un personaje salido de la nada. Un gris boxeador,
aunque con medalla de oro, en los Juegos Olímpicos de Roma.
Después dio el brinco espectacular para incrustarse en las
páginas de la historia como el mejor de todos los tiempos.
Figura como el primer boxeador en ostentar tres veces el
título mundial en peso completo.
Nadie en su sano juicio, podrá desdeñar su estilo de boxeo.
Completamente alejado de la técnica tradicional.
Era el pupilo consentido de Angelo Dundee y el rival odiado
de grandes pugilistas como Sonny Liston, Joe Frazier, George Foreman y Ken
Norton.
Pocos le reconocen, como Muhammad Ali, haber sido ejemplo durante
su guerra contra el Tío Sam. Cuando sin medias tintas se opuso a su
reclutamiento por parte de las fuerzas armadas para ser victimario en guerra de
Vietnam.
Alegó ser parte de una organización religiosa del Islam.
Pero la verdad lo hacía por convicción, como cuando condenó y luchó contra
prejuicios en contra de los afroamericanos.
Pero no me quiero referir a ese esplendido ser humano que
acabó vencido por la enfermedad del Parkinson.
Quiero dejar testimonio del cautivamente Cassius Clay (o Muhammad
Alí), que durante la época de los años 60 grabó y dejó un testimonio que pocos
le valoran.
Cuando con una voz melódica grabó (los jóvenes pueden
recurrir al you tube para escucharlo) la canción Stand By Me.
Evocación que, literalmente, sobra quienes quisieran
expresar:
Cassius, quédate conmigo.
SÍLABAS
UNIDAS
Ridículo proceder de Carlos Padilla Becerra, presidente del
Comité Olímpico Mexicano (COM). Ególatra, miserable, en su actitud de dañar el
deporte mexicano por la estupidez que lo domina. Tarde se le hace para ir a
besarle la mano a su viejo y permanente padrino: Miguel Ángel Yunes Linares.
Porque los cargos de importancia que ha tenido, se los debe a su compadre
Yunes. Aunque después aprendió a usar rodilleras ante poderosos como Olegario y
Mario Vázquez Raña… el mercado libre de jugadores del fútbol mexicano una vez
más revela que el tráfico de carne humana no pierde vigencia. Draff le llaman
algunos, tianguis otros.
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