Lo malo también cuenta y cuenta mucho…
Lo que le falta al PRI ya ocurrió. Explotó la corrupción en el mercado de San Pablito en Tultepec y quedó al descubierto la omisión y falta de autoridad para regular el mercado nacional más grande de pólvora, de fuegos artificiales que provocó una tragedia real con 32 personas muertas y decenas de heridos.
Sin duda el estallido, el dolor, la muerte, la indignación se reflejarán en las urnas en este 2017 que prácticamente ya está encima. Nace como muchos años nuevos con nuevas y dolorosas tragedias, que dejan muchas lecciones, pero, la corrupción no sabe leer, sólo entiende de dinero y de poder.
Hace diez años ahí mismo, donde se fabrican los castillos, luces, bombas, fuegos artificiales para las fiestas patronales de todo el país, donde miles y miles de personas que comercian con lo prohibido, van al mercado de San Pablito a comprar sus cohetes, palomas, chinampinas, buscapiés y brujas para llevarlas así, en bolsas de plástico transparente en los micros, camiones y camionetas de transporte público.
Eso todo el mundo lo sabe, todo el mundo lo ve, menos la autoridad. Porque toda esa mercancía de pólvora llega por carreteras, el gobierno municipal y estatal saben que ahí existe una tradición artesanal que trabaja la pólvora que la Secretaría de la Defensa les otorga permisos y hasta les vende parte del material explosivo.
Hacienda sabe que por los puertos marítimos y aeropuertos llegan toneladas de explosivos de contrabando, de esos cohetones festivos que iluminan el cielo y maravillan la pupila, que el olfato sabe que hay fiesta al oler la pólvora, esa misma que hace revoluciones y espanta a la injusticia generada por malos gobiernos. Que por carreteras y casetas pasa esa carga festiva, pero también mortal. Como ocurrió este martes negro en Tultepec.
Ahora, el presidente Enrique Peña Nieto y el gobernador Eruviel Ávila Villegas, irán a tomarse la foto, caminarán entre ruinas con olor a carne quemada, a corrupción incendiada, a residuos de pólvora. Irán a los hospitales para tomarse otra foto con los quemados. El mandatario mexiquense del PRI, dirá a los familiares que su gobierno les donará los ataúdes y los agujeros para que entierren a sus muertos, así, como cuando dan despensas o tinacos.
Otra vez ese bendito olor a pólvora que quema sí, pero que también despierta a la gente y hace revoluciones. Lo malo también cuenta y cuenta mucho. La nota ya le dio la vuelta al mundo.
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