CONGRESO LOCAL PONE EN RIESGO LA
ESTABILIDAD FINANCIERA DE VERACRUZ
Los resultados son conocidos. La
iniciativa de decreto para reformar las leyes estatales del Servicio Civil y
del Servicio Público en la Administración Pública Descentralizada fue aprobada
con 29 votos de diputados cuyos nombres quedaron hundidos en el fango de la
sumisión y la ausencia de la más elemental integridad.
Estas encomiendas no persiguen
ningún beneficio social ni están respaldadas por interés alguno en la seguridad
y estabilidad laboral y económica de los trabajadores estatales, a quienes a la
par de estas acciones, se les aplicó por enésima ocasión en este sexenio un
descuento en sus percepciones salariales, bajo una consigna perversa y
humillante: “mejor el 10 que el 100 por ciento”, les decían sus superiores al
darles a conocer el nuevo recorte a su sueldo.
Por lo demás, está en veremos que
estas reformas puedan llegar a aplicarse en la realidad. De acuerdo con el
artículo transitorio del decreto aprobado, la Secretaría de Finanzas y
Planeación (SEFIPLAN) y la Contraloría General cuentan con un plazo de 90 días
para “realizar las acciones procedentes” que cumplan con lo ahí dispuesto.
A esta administración le restan
139 días y contando. Y de lo que ambas instancias resuelven en este lapso
dependerá la suerte y el futuro de sus titulares, Antonio Gómez Pelegrín y Ricardo García Guzmán.
La Ley Orgánica del Poder
Ejecutivo establece que es atribución de la Contraloría “inspeccionar el
ejercicio del gasto público estatal y verificar su congruencia con el
Presupuesto de Egresos aprobado”, mientras que a la SEPIFLAN le corresponde
“diseñar, implementar y actualizar un sistema de programación del gasto público
bajo los principios de eficiencia, eficacia, economía, transparencia y
honradez, acorde con los objetivos y necesidades de la administración pública,
asesorando y apoyando a las dependencias y entidades en la integración de sus
programas presupuestarios y actividades institucionales “, así como como
“presupuestar anualmente el gasto público del Gobierno del Estado con enfoque a
resultados, tomando en consideración los anteproyectos de presupuesto de las
dependencias y entidades del gobierno estatal, quienes los deberán elaborar y
presentar con la anticipación necesaria en términos de las disposiciones
legales aplicables”.
Es un hecho que el decreto de
basificación de la burocracia pondrá en riesgo la estabilidad financiera del
estado, ya que se aprobó sin contar siquiera con un estudio de factibilidad que
le respaldase y a sabiendas de la situación de fragilidad de las finanzas
públicas. Gómez Pelegrín y García Guzmán lo saben perfectamente.
Así que si realizan las “acciones
pertinentes” que mandata el decreto podrían incurrir en actos que les generen
responsabilidades posteriores, pues no cumplirían con sus atribuciones de ley
antes mencionadas.
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