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ENROQUE ANALITICO / NACIONALISMO PERVERSO / Samuel Cepeda Tovar


Es cierto, el intercambio comercial entre México y Estados Unidos ha tenido resultados asimétricos, beneficiando sin duda alguna en su mayoría al vecino del Norte, y también es cierto que sólo los grandes consorcios en México han encontrado beneficios en este acuerdo comercial, por lo que podemos deducir que las ganancias de dicho acuerdo han sido en términos macroeconómicos.
También es cierto que el efecto Trump ha generado una reacción emocional sin fundamentos racionales en muchos mexicanos que proponen dejar de consumir en cadenas comerciales estadounidenses tanto de comida rápida, como en autoservicios y tiendas de conveniencia. Nada más desatinado y fuera de lugar he escuchado en este inicio de año que dicha propuesta nacionalista. Combatir un fanatismo con otro fanatismo solo traerá como resultado destrucción, sobre todo en el eslabón más débil en esta historia comercial que ahora se tambalea.
 Y es que los promotores del “nacionalismo puro” de pronto olvidan aspectos insoslayables en una simple relación comercial: la inversión extranjera directa y la generación de empleos derivada de la misma.
Tan sólo para este año, nuestro país espera recibir 25,000 millones de IED, y a pesar de estos datos, nuestro país cayó dos lugares entre los países que atraen IED según la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) al pasar del lugar 13 al 15.
En el caso particular de Estados Unidos, dicha nación ha invertido en nuestro país a lo largo de más de 10 años más de 153,000 millones de dólares. Pero los nacionalistas desean frenar dicha inversión al dejar de consumir en tiendas que huelan a “economía yanqui”.
Los datos son sin duda contundentes, solo por mencionar algunas tiendas de Fast Food en México, tenemos por ejemplo la cadena Burger King, que genera más de 15 mil empleos con más de 450 tiendas en México, Mc Donalds emplea a más de 11 mil trabajadores con más de 400 tiendas, Carls Jr., posee 200 sucursales, Dominos Pizza cuenta con más de 600 sucursales, Starbucks genera más de 3000 empleos.
Cabe mencionar, que estas tiendas emplean a miles de jóvenes en turnos de medio tiempo lo cual les permite estudiar y trabajar y que para muchos supone ser su primer empleo. Sólo Starbucks reporta 650 solicitudes de empleo de manera mensual, Burger King recibe 20 solicitudes diarias.
Pero dejemos las bondades del empleo que deriva de la presencia de estas cadenas comerciales y enfoquémonos en el beneficio fiscal, pues estas tiendas pagan Impuesto al Valor Agregado y dicha recaudación supera la nada despreciable cantidad de los mil millones de pesos, es decir, los beneficios van es dos sentidos: generación de empleo y aportación fiscal.
Pero esos beneficios son lo de menos, pues la ofensa del decreto de la construcción de un muro ha sido tan profunda que no podemos quedarnos de brazos cruzados, como buenos mexicanos, debemos buscar “el desquite”.
Por eso debemos dejar de consumir en dichos comercios, debemos hacer que quiebren, que miles de estudiantes que dependen de esos empleos queden a la deriva, que nuestras maltrecha economía caiga otros dos peldaños más en Inversión Extranjera, que nuestro vapuleado fisco deje de recibir miles de millones de pesos, debemos hacerlos pagar por su osadía de construir un muro que ya lleva mil kilómetros de construcción, debemos dejarles ver que los que mandamos somos nosotros, aunque esa valentía y nacionalismo perverso nos hunda más de lo que estamos.




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