En pleno estallido social el presidente Enrique Peña Nieto reapareció en Los Pinos con un bidón lleno de gasolina, para manifestarse en contra de los manifestantes. Junto a él, el pirómano de Hacienda, Luis Videgaray, cuya difícil labor, ahora, será hacer cenizas a la secretaría de Relaciones Exteriores.
En su discurso de “les pegué para que entiendan”, el Jefe del Ejecutivo se dio un respiro para desearle “Feliz Año 2017” al pueblo de México; explicó sin explicar el motivo del gasolinazo, pero, aseguró que de no tomar esta decisión, los resultados hubiesen sido más dolorosos. El amigo de Donald Trump, Luis Videgaray, estaba feliz con su regalo de Reyes Magos.
El Jefe del ejecutivo informó lo que ya todo el mundo sabía sobre los cambios en su equipo. Les tomó protesta y tanto la nueva secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda y el nuevo canciller de Toluca, Luis Videgaray juraron velar y hacer valer la ley. Lo mismo que –a través de sexenios y sexenios- todos han jurado y ninguna ha cumplido: Defender los derechos y garantías de los mexicanos; de los de abajo cada vez más abajo: Los olvidados, cada vez más olvidados… de esos pobres ricos dueños del petróleo.
En síntesis, el nombramiento del doctor Videgaray Caso, es clara muestra de que el ex titular de Hacienda, es el hombre ideal para representar al México de ellos, al de esa clase política empoderada y enquistada en el sistema político nacional, pero, no representa a ese otro México, al que ha expulsado a millones de mexicanos en busca de trabajo, mejores salarios, salud, educación… ¡va! Lo que aquí -los que juran- no les dan.
Videgaray representa otros muchos intereses, pero no los del pueblo de México. Nadie se explica cómo el fallido ex secretario de Hacienda quien trajo a Donald Trump a México, siendo candidato presidencial y enemigo de los mexicanos a quien tacha de delincuentes y de lo peor, ahora sea él quien venga a abrirle no Los Pinos sino todo el país. Sólo falta que le ponga la mezcla para iniciar el muro.
Donald Trump quien este 20 de enero toma posesión, ya no quiere ser socio ni mucho menos amigo de México. No le interesan los pobres. Hay que recordar que siendo presidente electo el rubio malencarado no invitó al presidente Peña Nieto a reunirse con él, sino que, mejor invitó al empresario mexicano Carlos Slim, él sí es un igual a él, pero no Peña. De igual forma, Videgaray tiene nexos muy cercanos a Trump, de ahí, que con él sí pueda hablar, pero no con el presidente de los mexicanos de quien dijo tras la reunión de Los Pinos: “su presidente es un buen hombre”.
En fin, Peña Nieto advirtió –en su discurso- a todos aquellos quienes se manifiestan de manera indebida ante el alza en los precios de los combustibles y, de quienes suban los precios de los productos tomando como pretexto el alza en las gasolinas, dijo, así quedito, como sin querer: que se va a aplicar la ley. Luego se fue bien contento. Mañana será otro día, partirá la rosca de Reyes y ya veremos a quien más le toca muñeco.
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