Desde 2014, con la
manifestación del Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS) sobre
alimentos de alto contenido calórico con el 8% de tasa, incluye botanas,
productos de confitería, chocolates, flanes, pudines, helados, nieves, entre otros, y más las bebidas con azucares
añadidos con la cuota de impuesto de un peso por litro, agregado a ello la tasa
del 25% a bebidas energizantes, repercutió en un incremento en el precio a
venta al público y a los comerciantes de
toda la comida chatarra.
Cabe recalcar que dicho
impuesto ya estaba aplicándose en
bebidas alcohólicas dependiendo los
grados de alcohol y los cigarros con una tasa del 160%; ahora con esto, se les
cierra el círculo, para que al
contribuyente le cueste más este tipo de productos que ocasionan obesidad,
sobrepeso y enfermedades,
Sin embargo el gusto o la
adicción del consumidor a este tipo de mercancía nociva para su salud, a pesar
de estos aumentos, no disminuyó y por ende su adquisición, los que nos coloca
en un nada honroso segundo lugar a nivel mundial en obesidad, seguidos muy de
cerca en sobrepeso y en obesidad infantil.
Como resultado de lo anterior,
el gobierno federal a través de las Secretarías
de Salud, IMSS e ISSSTE, erogan cantidades exorbitantes en tratamientos para
combatir la obesidad y problemas derivados del excesivo consumo de alimentos con
grasa, harina, azúcar y sal.
Ahora, en un esfuerzo o
estrategia más para combatir estos hábitos perniciosos a la salud de todos los
mexicanos, ha implementado modificaciones para recompensar al contribuyente si
modifica su estilo de vida por uno más saludable.
Con anterioridad el Fisco
había dispuesto que las facturas emitidas por un médico profesional eran
deducibles de impuestos, incluyendo la compra de medicinas, pero ahora lo serán
también las facturas expedidas por los Nutriólogos cuya función es la de
prevenir enfermedades derivadas de la obesidad y el sobrepeso.
Ante este anuncio se espera
una reacción o una respuesta favorable de parte del contribuyente, sea
asalariado o independiente, para que lo invertido en un paquete o tratamiento
por parte de un especialista en nutrición, le sea regresado por el mismo patrón
o a través de saldos a favor por el SAT.
La finalidad de esta medida
hacendaria es ayudar a combatir el sedentarismo, la falta de ejercicio, los
malos hábitos alimenticios y en especial la comida chatarra que consumen
incluso durante sus jornadas laborales para mitigar el hambre.
La medida es buena, ahora
depende mucho de la voluntad de los contribuyentes o derechohabientes.
Vamos a esperar con el tiempo
que la aprobación de estos beneficios fiscales genere una demanda en la
consulta de los nutriólogos y que ahora sí los pacientes encuentren un estímulo
más para mejorar su alimentación sana acompañado de una actividad física que
los aleje de las enfermedades y no representen una carga de por sí saturada
para los hospitales.
Amigo contribuyente, ¿Amigo o
amiga Nutriólogo ya estás dado de alta ante el SAT?, ¿Actualmente expides
facturas?. ¿Amigo contribuyente con problemas de obesidad, necesitas más
información sobre el tema? Llámame al 8781090775, o al correo contabilidad@dagamx.com.
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