Paul Garza
Rodríguez
En un
intento por destantear a su retador con la Apertura Trompovsky, Magnus Carlsen
se encontró con una muralla impenetrable por parte de Sergio Karjakin, que
lejos de irse a un final con mínimas ventajas de salir victorioso, prefirió las
tablas en este primer encuentro.
Pero, para
los analistas expertos, un empate con blancas por parte de Carlsen revela que
no quiso o no supo aprovechar la iniciativa de las Blancas, después de 2. Ag5,
aunque para el ruso esta jugada no le pareció nada extraordinaria, porque mucho
conoce del cambio de variantes del campeón mundial.
Hay que
recordar que el ucraniano cuenta con la asesoría de varios científicos del
juego ciencia, entre ellos Yuri Dojoian, quien fue entrenador del ex monarca
mundial, Gary Kasparov, por lo que advierte que no será un hueso fácil de roer
para el noruego.
Incluso el
propio Karjakin no se inmutó con esta rara apertura, ni se sintió presionado,
antes bien, en cada lance agresivo del escandinavo pareció encontrar la respuesta
más que correcta, una defensa con su veneno oculto que Magnus supo detectar y
evitar a tiempo.
En otras
palabras, en vez de sorprender a su rival de generación, el sorprendido fue el propio
campeón que no logró penetrar más allá de ese muro, lo cual le mereció críticas
de los teóricos tanto del medio juego como del final, porque parecía tener ligeras
ventajas para una victoria, si se decidía por prolongar el final de la partida.
Sin embargo,
como dicen en mi rancho, no es lo mismo ver los toros detrás de la barrera que
dentro del ruedo, ya que se conjuntan ciertos factores como la presión nerviosa
por anticipar las verdaderas intenciones del enemigo, por lo que Carlsen, puede
decirse y con toda razón, jugó con ataque pero con mucha precaución.
Contrario a
ello hay que observar el comportamiento del ruso, con sus nervios de acero
inalterables, como si no hubiera pasado nada.
Para los
conocedores de este juego de origen hindú, un empate favorece más al retador que
al campeón porque éste, está más que obligado a demostrar por qué lo es, y lo
tiene que hacer antes que de que se vea abrumado sicológicamente si quiere
conservar su corona, porque hasta el
mínimo error puede ser aprovechado por su adversario.
Va la
partida:
M.
Carlsen (Noruega, 2.857)–S. Kariakin (Rusia, 2.769) ½–½
Cameponato Mundial (1). Nueva York
1.d4 Cf62. 2Ag5!? d5
3.e3 c5 4.Axf6 gxf6 5.dxc5! Cc6
6.Ab5 e6 7.c4 dxc4 8.Cd2
Axc5 9.Cgf3 0-0 10.0-0 Ca5!? 11.Tc1 Ae7 12.Dc2 Ad7 13.Axd7 Dxd714.Dc3 Dd5 15.Cxc4 Cxc4 16.Dxc4 Dxc4 17.Txc4 Tfc8 18.Tfc1 Txc4 19.Txc4 Td8 20.g3 Td7 21.Rf1 f5 22.Re2 Af6 23.b3 Rf8 24.h3 h6 25.Ce1 Re7 26.Cd3 Rd8 27.f4 h5 28.a4 Td5 29.Cc5 b6 30.Ca6 Ae7 31.Cb8 a5 32.Cc6+ Re8 33.Ce5
Ac5 34.Tc3 Re7 35.Td3 Txd3 36.Rxd3 f6 37.Cc6+ Rd6 38.Cd4 Rd5 39.Cb5 Rc6 40.Cd4+ Rd6 41.Cb5+ Rd7 42.Cd4 Rd6.
TABL
0 comentarios :
Publicar un comentario