Cuando
parece que ya no puede sorprendernos el cinismo de la clase política, siempre
parece que buscan y encuentran nuevas maneras de reivindicar el mismo de manera
ostensible y categórica. No en balde los partidos políticos se encuentran en la
sima de la confianza ciudadana a la hora de medir dicha confianza en las
instituciones de nuestro país. Su desprestigio es tal que ellos mismos son los
culpables de los siempre bajos niveles de participación electoral en cada
contienda electoral, siendo el abstencionismo eternamente el gran vencedor
gracias a la apropiada participación de los partidos y sus políticos que
siempre son eficaces y eficientes en ese pernicioso sentido.
El
triunfo de un candidato ciudadano en la gubernatura de Nuevo León sin duda
resultó ser un terrible golpe que solo vino a refrendar tal desprestigio. Por
lo que, desde luego, los Partidos han encendido las luces de alarma ante lo que
pudiera ser un contagio extremadamente viral en todas y cada una de las
elecciones que se llevan a cabo en nuestro país. Y es que las nuevas reglas
electorales contemplan ya candidaturas ciudadanas tanto para presidente de la
república, como para senadores y diputados en el orden federal dejando a las
entidades federativas en virtud de su autonomía legislar al respecto en sus
respectivos estados. Pues bien, en función de esa autonomía, algunas entidades
y sus políticos se han asustado tanto ante el incipiente avance de las
candidaturas independientes y han comenzado a establecer candados para volver
más difícil el camino a quienes intenten optar por la vía alterna a un partido político. Toda vez que sienten que
pueden perder los privilegios que poseen y pasar a vivir fuera del presupuesto,
es decir, vivir en el error. En base a aquella famosa frase del “tlacuache”
garizurieta: “vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error”. Los Estados
que han comenzado con estas leyes llamadas “anti broncos”, en alusión a Jaime
Rodríguez “El Bronco”, gobernador electo de Nuevo León, son Chihuahua,
Veracruz, Tamaulipas, Durango, Sinaloa, Coahuila y Quintana Roo.
Para
el caso de Chihuahua, ya se han confeccionado las nuevas reglas, las cuales
exigen a los independientes confirmar un mínimo de 3 años sin militar en ningún
partido político y conseguir el 3% del listado nominal de electores de la
entidad (en lugar del 2% original).
Sin
duda, estas leyes son una contrarreforma que atenta contra la misma esencia de
la democracia. Si realmente están asustados los políticos tradicionales y sus
respectivos partidos, en lugar de imponer trabas a la democracia, deben
comenzar a triplicar esfuerzos para recuperar ese prestigio que sinceramente no
si alguna vez tuvieron, pero que como agentes componentes básicos del sistema
democrático, deben poseer sin lugar a dudas. Leyes que significan retroceso,
que atentan contra el liberalismo y que ponen en tela de juicio la democracia
como tal no tiene cabida ni razón de ser, y que solo demuestran el cinismo de
una clase política que se niega sin duda a perder privilegios y que denotan la
falta de compromiso para con la sociedad a la cual, sin lugar a dudas, le deben
su perniciosa y cuestionable existencia.
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