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Con 10 minutos de trote, Crisanto Grajales se convierte en campeón


Toronto:-- Fueron sólo 10 minutos que el mexicano Crisanto Grajales invirtió la víspera para que este domingo saliera con todo en busca de la medalla de oro en los Juegos Panamericanos Toronto 2015, no fue nada sencillo porque la espalda parecía estallar y suponía un fracaso.
Sin embargo, al salir de la Villa Panamericana, abordó el autobús y creyó en él. Se concentró y tomó las cosas con tranquilidad para enfrentar el compromiso en el Ontario Place Wets Channel de esta ciudad.
Una vez en el lugar, Grajales caminó pausado y meditabundo, seguido del resto del equipo para iniciar el calentamiento. No hubo distracción a pesar de que los entrenadores como Eugenio Chimal y el ex triatleta Eligio Cervantes, bromeaban un poco.
Grajales concentrado, aflojó el músculo y tras el llamado para la salida de kilómetro y medio de natación, el veracruzano se mostró afable. Hizo una mueca de aprobación y al escuchar su nombre trotó en busca de sumergirse a las aguas canadienses.
Marcó la pauta con su estilo. Sus coequiperos Irving Pérez y Rodrigo González sugirieron el nado. Poco a poco los tres se compaginaron y como si lo hubieran diseñado, jalaron al grupo. Pérez comenzó a despagarse con sutiliza, sus brazos abrieron el agua para su paso.
A la orilla, Cervantes y el presidente de la Federación Mexicana de Triatlón, Jaime Cadaval, a grito prolongado en aliento para los tres. Pérez fue primero, Grajales sexto y González 18.
Para el ciclismo, los 40.2 kilómetros fueron de batalla, Grajales, convertido en un guerrero del asfalto, trepo sin temor poco a poco a sus rivales, aunque muy de cerca el estadunidense Kevin McDowel, el estudiante de bachillerato, no cedió ni un momento de terreno. Los argentinos Raúl Tellechea y Luciano Taccone, así como el bahamense Jason Wilson, tomaron la punta del pelotón.
Las seis vueltas al circuito se hicieron tan rápidas como el empeño de los mexicanos que se agruparon para no perder el ritmo. La recta final se hace cerrada y cada uno de los líderes esperan un descuido de sus rivales que puede pasar en la transición a la carrera.
En los 10 kilómetros finales de carrera, el panorama es mucho más cerrado. Grajales manda a sus piernas al esfuerzo ante la intensa humedad que se siente en el asfalto. Están por estallar sus músculos y los pulmones a soportar la presión.
Grajales ve como Irving Pérez se mete de lleno a la pelea, la cuestión es mantener la ventaja y no ceder terreno. El espacio se acorta cada vez y no hay tiempo para cesar. Tanto el veracruzano como el jalisciense están en la punta y entre ellos el estadunidense McDowell.
El estudiante de bachillerato empuja su cuerpo en la recta final de la carrera, los metros se hacen menos y es cuando el cuerpo se exige, sabe que está por terminar la extenuante prueba y ya es sólo cuestión de aguantar.
Grajales se entrega, pasa a sus oponentes y Pérez hace lo mismo. En una final dramática y las gradas explotan de júbilo, aplauden a los mexicanos, porque el canadiense Andrew Yorke ha quedado lejos.
Grajales jala aire y da el último esfuerzo, se da tiempo de mirar hacia atrás. Entra de primero con su mirada al cielo y tras romper la cinta, se siente en la gloria, lo besa y se persigna. De su boca escapa el grito del esfuerzo y se abraza con su compañero Irving Pérez, quien terminó tercero.
La víspera apenas pudo trotar 10 minutos y ahora Grajales corrió 10 kilómetros y ganó. Hizo historia para el triatlón mexicano.
Grajales detuvo el crono en 1:48.58 horas, seguido del estadunidense Kevin McDowell con 1:48.59 y del también mexicano Irving Pérez con 1:49.05.
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