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CRONICA… ¡VAMOS A GANAR! / José Santos Navarro


• En 2017 vamos por cuatro triunfos claros, rotundos e inobjetables
• PAN y PRD conforman alianzas grotescas y en descomposición
• Celebra el PRI el 88 Aniversario de su fundación

En la vieja sede brillaba la nueva clase priísta. Pocos dinos, muchos rostros nuevos, herederos de añejas mañas. Todos juntos celebraban el 88 Aniversario de la fundación del Partido Revolucionario Institucional (PRI); no se callaban y orgullosos de su pasado confiaban en ganar el futuro cercano: las elecciones en el Estado de México, Nayarit, Veracruz y Coahuila.
Ufanos de sus logros, de sus colores, de que Enrique Peña Nieto fuera el presidente priísta de México. Se decían constructores de las instituciones, de las reformas, del desarrollo y transformaciones que le dan un rostro digno a México. Quizá por ello no dejaban de gritar: “¡Vamos a ganar… vamos a ganar!” Parecían convencidos y por lo pronto, aparentaban unidad.
El auditorio Plutarco Elías Calles estaba pletórico de un aparente nuevo júbilo, detrás de la confianza tricolor de los gritos: se asomaba la duda, no obstante se maquillaba con gritos, porras, cantos y el recuerdo de grandes políticos priístas como Plutarco Elías Calles, Luis Donaldo Colosio, don Jesús Reyes Heroles, Gustavo Carbajal Moreno y se entregaron preseas con sus nombres, sin dejar de reconocer el mérito de las mujeres y los jóvenes.
Uno de los primeros momentos y de mayor bullicio que encendió el ánimo, fue cuando el eterno político sonorense Manlio Fabio Beltrones recibió de manos del presidente Peña Nieto la presea “Jesús Reyes Heroles” en reconocimiento a su militancia y labor dentro del partido. El encuentro y el saludo, fue emotivo. Sus miradas firmaron un pacto de paz. El fuerte estrechón de manos se transformó en un gran espaldarazo que Manlio agradeció, pero nadie supo si se iba contento.
Honor a quien honor merece. También se le rindió un merecido homenaje a don Gustavo Carbajal Moreno a quien postmortem entregaron la medalla Benito Juárez, destacándose su labor política y diplomática en tiempos también difíciles para México. Un político que entendía la importancia de la información y quien solía decir a los periodistas: “No te puedo declarar, pero sí contar…”.
ENRIQUE OCHOA
Tocó el turno a Enrique Ochoa, presidente nacional del PRI y le entró directo al toro. “El PRI está orgulloso de su labor como presidente de México”, dijo a Enrique Peña Nieto quien con su clásica sonrisa agradeció. Aparecieron los gritos: “Peña amigo… el PRI está contigo”. Ochoa Reza calificó al Revolucionario Institucional como un partido “histórico, ganador, de grandes aportaciones, pero sobre todo: de hechos no de opiniones”.
Sostuvo que el PRI a lo largo de sus 88 años ha sido un partido responsable. Evito, dijo que el país cayera en la anarquía o la dictadura cuando muchos países latinoamericanos sufrían estos gobiernos. Hizo un recuento de logros y subrayó la trascendencia de la unidad de los priístas. Habló de gobiernos priístas hacedores del México de instituciones, creador de infraestructura, de desarrollo y promotor de salud, empleo, educación… y del Tratado de Libre Comercio que le dio auge productivo y económico a la nación.
También fue sincero. Reconoció retrocesos pero sostuvo que su partido ganará las elecciones de este 2016 en el Estado de México, Veracruz, Nayarit y Coahuila. Luego, arengó al triunfo y solito se metió a la guerra electoral y criticó al PAN y PRD de quienes aseguró que conforman alianzas grotescas y en descomposición. Aseguró que el PAN está blando y rancio.
Respecto al PRD dijo que “es un sol que no alumbra ni a la esquina”. Citó –sin decir el nombre de Andrés Manuel López Obrador- al mesías demagogo y mentiroso de siempre. Firmó su dicho con un gran grito: “¡Vamos a ganar! El Estado de México con Alfredo del Mazo y renació la bulla: “¡Vamos a ganar… vamos a ganar!”.
PEÑA NIETO
Toco su turno al presidente Enrique Peña Nieto. Todos en el escenario tricolor estaban sin corbata. Informales; a gusto entre amigos. Era un día de fiesta, un día de unidad para la familia priísta. Los tres viejos sectores del PRI rejuvenecían con los nuevos sectores de Mujeres y Jóvenes que no dejaban de gritar: “¡Peña, Peña, Peña!”. Era su fiesta, su 88 Aniversario y olía a juventud. La otrora clase de distinguidos priístas sólo aplaudía y respiraba el aire fresco del pasado.
Peña Nieto no se anduvo por las ramas y contaminado de esa alegría tricolor, sostuvo que el PRI es el mejor partido de México. Convocó a cerrar filas, a estar unidos para salir triunfadores en las cuatro elecciones para gobernador que habrá este año. “Necesitamos prepararnos con todo para las batallas que vienen” y subrayó al decir que el partido ha sabido levantarse y pidió a los adversarios no olvidar de qué está hecho el PRI.
“Hay partidos políticos que se encaminan a la división. Nosotros vamos unidos. Hoy más que nunca la unidad y la disciplina serán nuestras armas… Trabajen por la inclusión”. Sostuvo que sólo priistas leales y honestos pueden tener cabida en el partido. A muchos no les quedó el saco, pero el Presidente afirmó que es el momento de un “triunfo contundente y que las dirigencias se articulen en un mismo camino: el triunfo”.
Repuesto su rostro –tras los golpes de Donald Trump-, el presidente Enrique Peña Nieto estaba contento. Eso aparentaba. Sonreía y aseguraba que el PRI es un partido con historia, creador de las instituciones, del desarrollo y del progreso. Luego apuntó que su partido ha sido la principal fuerza del cambio. “Estoy orgulloso del PRI y estoy dispuesto a enfrentar los nuevos retos que tiene el país con decisiones difíciles y no populares”, dijo.
Apuntó que su gobierno habrá de actuar y solucionar y no sólo administrar; que su administración asume los costos de las decisiones difíciles y que fácil hubiese sido cruzarse de brazos, pero, se trabaja y se toman decisiones que el PAN no quiso asumir cuando fue gobierno y sentenció: “La oposición no está lista para ser gobierno… no tienen visión de estado y sólo van por el aplauso fácil”. Porras y gritos de unidad se desgranaban para alimentar la adicción y el ansia de nuevos triunfos electorales.
Sostuvo que el poder sólo sirve si le sirve a la gente. El mexiquense sin meterse a fondo anunció que su gobierno ha decidido construir una nueva relación con los Estados Unidos, pero sostuvo que será con dignidad, respeto y diplomacia, único diálogo que se habla entre naciones. A los connacionales les recordó que no están solos. Que así como ellos no se olvidan de México, México está con ellos.
Ante la situación política, económica y social que priva en el país. El Jefe del Ejecutivo reconoció que hay riesgos de retroceso: “Parálisis con la Derecha o de un salto al vacío con la Izquierda demagógica”, por ello convocó a los mexicanos a salir a defender lo alcanzado, los logros, los hechos. “Lo que está en juego es mucho, más que una elección está en juego el futuro de México”.
Finalmente sostuvo que el PRI sabe pactar para gobernar, pero sentenció que “nunca pactará para dejarse derrotar… no asumimos victorias adelantadas para otros… El PRI se la juega por México y por defender a la nación… en 2017 vamos a obtener cuatro triunfos claros, rotundos e inobjetables… ¡Vamos a ganar por México!”, arengó y concluyó la fiesta con rostros más sonrientes, con gritos más abiertos y con la convicción de que aún tienen un partido fuerte.
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