Paúl Garza
Rodríguez
Cuatro
partidas, cuatro empates. Un análisis frío, sin el apasionamiento que merecería
seguir apoyando al campeón Carlsen, o a un esforzado Karjakin, desprende
primero que el escandinavo se ha encontrado con una fortaleza difícil, ya no pensar
en horadar, sino de escalar.
El ucraniano
Sergio Karjakin ha deleitado a los que amamos el juego de la Diosa Caissa, no
solamente por sus provocaciones, desafíos e invitaciones a una batalla más complicada al
noruego Magnus Carlsen, sino también porque igual se bate con fiereza en la
apertura, en el medio juego y en el final.
A pesar de
que Carlsen ha tratado de constreñir o estrangular como una víbora Pitón a su
rival con un juego más posicional, más que defensa lógica como respuesta, la joven
esperanza de Putin por regresar la corona mundial al país de la hoz y el
martillo, el contrataque y la profilaxis amenaza con marear al campeón mundial.
La muralla,
además de super sólida e impenetrable de un duro y concentrado Karjakin, parece
estar de lo más alta de lo esperada, prueba de ello están las veces que el
vencedor implacable del hindú Viswanathan Anand ha pretendido conquistar para
encontrarse con bloqueos que lo han obligado a cambiar de camino una y otra
vez.
La realidad
es que van cuatro tablas. Las preguntas ya están en los pasillos y entre
quienes seguimos a detalle el match, que ha revivido por cierto, la emoción, la
expectación y la tensión – equiparable a los encuentros entre Fischer vs
Spassky, y Karpov vs Kasparov-, y en espera de encontrar respuestas a las
siguientes interrogantes:
¿Afectará
sicológica y moralmente al campeón Carlsen?, ¿A quién de los dos vencerá primero
el agotamiento mental?, ¿Quién tiene la mayor presión?, ¿Carlsen, por conservar
el título y superar el reinado de Kasparov, o Karjakin por recuperar esa corona
mundial que por décadas perteneció a su nativa Rusia?, ¿Ganarán por la mejor
estrategia, táctica, combinación, etcétera, o por error del rival?.
Lo cierto es
que ambos están compartiendo con los novatos y profesionales del ajedrez, unas
verdaderas lecciones con un juego perfecto, que no le pide nada a las máquinas
más potentes del momento, y aun así, en lo personal tanto a Magnus como a
Sergey les doy el punto de ventaja por la genialidad y la creatividad que es privilegio
de las mentes intuitivas y no producto de la tecnología.
En fin,
dejemos de especular y disfrutemos jugada por jugada de estos científicos y a
la vez sabios del ajedrez. Si gana Carlsen, por ello es el campeón mundial!, si
gana Karjakin, excelente! Se lo merece! el esfuerzo tuvo su recompensa al final!
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