News
Loading...

FELICES / Samuel Cepeda Tovar


Paradójicamente resulta ser así, a pesar de contar con una economía que ha crecido a la mitad de las proyecciones estimadas (2%, SHCP), a pesar de contar con un presidente con una aprobación de las más bajas de la historia de nuestro país (40% El Universal)), a pesar del incremento de la violencia que ha dejado a la fecha desde el inicio de este sexenio la cantidad de 65 209 muertos con un aumento de 34% de muertes violentas (El Economista). A pesar de que los índices de pobreza aumentaron sumándose a ella dos millones de personas entre 2012 y 2014 (El Financiero y CEPAL), y a pesar de estas y muchas calamidades más que sufre nuestro país, el Foro Económico Mundial, a través del “Índice Planeta Feliz”, en su reciente investigación arroja que nuestro país es el segundo más feliz de los 140 medidos en dicho índice. Nuestro nivel de felicidad, inclusive, es muy superior al de los países nórdicos, cabe mencionar que este estudio  se enfoca no solo en índices de  bienestar, sino en factores como lo son la expectativa de vida, la inequidad, la huella ecológica, la sustentabilidad, o en otras palabras, “cómo se están desempeñando los países para lograr que sus ciudadanos tengan una vida buena, feliz y sustentable”. Dicho informe resulta bastante paradójico, pues con las condiciones fatídicas antes mencionadas, resulta bastante irónico que la percepción de los encuestados arroje como resultado índices bastante sugestivos de felicidad. Pareciera sin duda un mal chiste, sin embargo, no resulta sorprendente en una sociedad bastante conformista, que se informa poco, que participa poco o nada y cuya característica es la falta de memoria a mediano y largo plazo y con manifestaciones radicales de prejuicios y fanatismos anteponiendo siempre lo trivial a lo trascendental.
Entre los aspectos que menciona el informe que respaldan dichos datos, destacan el impuesto a las bebidas azucaradas, lo que menciona que ha provocado la disminución del consumo de dichas bebidas en un 12%, además de destacar la cobertura casi universal de los sistemas de salud entre la población. Curiosamente, el centro de estudios económicos de El Colegio de México (COLMEX), señala que el consumo de estas bebidas entre las personas con más bajos ingresos no ha tenido variaciones significativas, por lo que el alza al impuesto no ha disminuido el consumo, pero si ha aumentado los ingresos gubernamentales. Esto demuestra que hay ciertas inconsistencias en los argumentos para respaldar la felicidad de los mexicanos, además, dudo mucho que familias acostumbradas a consumir refresco en su comida, encuentre felicidad si de pronto dejan de consumir una bebida que simplemente se vuelve adictiva. Y ni hablar de los servicios de salud, que tanto del IMSS como del Seguro Popular dejan mucho que desear en cuanto a su eficiencia operativa.

Definitivamente, los mexicanos hacemos honor al estoicismo y a la resiliencia, soportando calamidades como buenos y obedientes infantes siguiendo al pie de la letra la sentencia de Adam Smith: “deja hacer, deja pasar”.  
Share on Google Plus
    Blogger Comment
    Facebook Comment

0 comentarios :

Publicar un comentario