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LABERINTOS DEL PODER / Evaristo Corona Chávez





  •  Estrategias y movimientos

Para los jugadores de ajedrez, novatos o profesionales, el enroque es una jugada fundamental y decisiva.
Como es bien conocido, en el tablero se enfrentan dos mentes de igual o diferente coeficiente mental.
Cada uno de ellos establece una estrategia desde la salida misma.
Los jugadores, que mueven piezas blancas o negras, saben que el final de la partida concluye con el jaque mate.
En los cálculos diseñados para alcanzar la victoria, cada uno de los contendientesasume la sorpresa como punto medular.
Una inducción obligada, es el enroque cuya importancia estriba en que con un solo movimiento se aleja al rey de las columnas centrales.
Generalmente en ese sector (salvo la mejor opinión de Paúl Garza Rodríguez), son las primeras que se abren.
Como consecuencia, una de las dos torres se incorpora a una posición activa y de ataque.
Todo esto viene a cuento por el ajedrez que se practica en los Laberintos del Poder.
El contra juego y los garlitos, de valiosa trascendencia, son oro molido.
Una de las jugadas vitales en el terreno político, es el posicionamiento.
Para el PRI, se acercan tiempos fatales y definitivos.
Al renovar a su dirigencia nacional, fijará una maniobra básica.
Tienen especial vinculación con la sucesión presidencial del año 2018.
La agilidad que se consiga desde la apertura de la partida, mostrará la pericia de la mano que mueve las piezas.
Técnica, pericia, agilidad, inteligencia, sagacidad y algo más, son factores que determinarán el futuro inmediato.
Por el momento, aparecen dos jugadores de enormes dimensiones para mover las piezas fundamentales.
Ambos, con mentalidad que podrían hacer estremecer a los adversarios.
Los dos, ya tuvieron bajo su responsabilidad gobernar una entidad.
Conocen el trabajo legislativo y la operación a nivel de piso.
Arriesgado y aventurado el trabajo, pero no hay opción.
Les queda como recurso, atreverse y afrontar el riesgo.
Un ángulo diferente, es dejarse dominar por la temeridad.
A quien le corresponde decidir, sabe que no hay alternativa.
Es decidirse por blancas o negras, para iniciar la competencia.
Podría pensarse que es diversión, pero el mecanismo tiene otro objetivo: La Presidencia de la República.
Así que nadie se llame sorprendido por el enroque del que dispondrá el PRI en las próximas semanas.
Introducir el nombre de un tercer contendiente, es sólo una travesura.
La coyuntura no permite correr riesgos innecesarios.
Hay árboles que ni con abono en abundancia crecen.
Entre los surcos, los liderazgos y las coordinaciones, está el futuro.
Todo esto garantiza que el enroque, será la jugada maestra.
Cada uno llegará de donde el otro parte.
Todo ello, mientras los sueños rurales adornan el paisaje.
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